Gracias a los milagros de internet, el domingo tan lejano a Liniers terminó con una inmensa alegría de sabor conocido: el debut con triunfo y la inevitable ilusión. Debo haber alterado la medianoche de Stuttgart con el grito del gol de Silva; acá las actividades se terminan muy temprano por más que ahora anochezca tarde. Apenas se cena y una media pensión se compone de desayuno y almuerzo. Pero las circunstacias ameritaban ir contra las costumbres Y ojalá siga pegando gritos pelados por más que la distancia se empeñe en hacerlos sonar descolgados.
Debo haber visto y escuchado, entre interrupciones, la mitad del partido. Imagen por un lado y radio partidaria por otro, desfasados, soportando cortes por un débil wifi y teniendo que actualizar seguido para no perder el hilo. ¡Pero no se imaginan la alegría de haber podido captar todo eso! La verdad que no esperaba tanto. Y sentir el gol, la gente… Aunque me queden pocos puntos para analizar con propiedad. Con Martínez volvimos a jugar con once, ¿no?, mejor la defensa y bien Augusto, entre otros que recuperaron su mejor cara… Pero por lo que vi y leí la diferencia quedó un poco corta. Habrá que enfocarse en no perdonar más a nadie para que buenos trabajos no terminen en puntos perdidos.
Ustedes seguro tienen mucho más para agregar y ponerme al tanto. Se los voy a agradecer. ¡Abrazos velezanos desde tierras teutonas!
lunes, 9 de agosto de 2010
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