lunes, 25 de octubre de 2010

¿Si o No?

Parece que el destino se empeña en postergar el alivio de nuestras dudas. ¿Vélez está para campeón? En algún partido importante pareció que no, en otros menos relevantes que sí, y ahora, que teníamos frente a frente un encuentro que bien podía definir esa incógnita, no tenemos respuesta. Es que ese 0-0 de a momentos exasperante terminará siendo victoria o derrota según lo que pase en las próximas fechas, en donde, de una vez, deberemos asistir a esa respuesta que esperamos. Sí o no, esa es la cuestión.
Estudiantes vino a hacer al Amalfitani exactamente eso que sabemos que a Vélez le cuesta resolver: así fue como el conjunto de Gareca generó una sola chance neta -el cabezazo de Tobio- pese a ser protagonista y claramente el que intentó ganar el pleito. De todas formas, ni lo del Fortín fue elogiable, pues estaba obligado, ni lo del León criticable, porque era el que tenía los tres puntos de brecha a favor y el empate le sentaba bien. Ahora, si esa es la imagen que debería dar un candidato al título, es materia de otra discusión, mucho más amplia dada la importancia creciente de la mezquindad exitosa en el fútbol y en la que seguramente no sería Estudiantes su exponente más extremista.
El choque constante de las buenas intenciones de Papa, Augusto Fernández, Alvarez, Martínez, Silva o Cristaldo con la numerosa guardia que plantó Sabella, muchas veces con el pelotazo como alternativa, fue una imagen de impotencia que pocos queríamos ver. Para colmo, se podría haber perdido por esos espacios que quedaban entre Augusto y Cubero y la persistente pero acostumbrada falencia en la marca: es que, pese a su planteo, Estudiantes llegó más. Sin embargo, hay buenas noticias: pocos rivales podrán volver a desarrollar tan bien una táctica similar. Y no es lo mismo que la intenten otros, por citar un ejemplo, Quilmes. El Pincha tiene muy buen material para ejecutar esa receta, pero si equipos de menor calidad línea por línea pretenden copiarla y Vélez juega como el viernes, serán muchos más partidos los que gane que los que empate o pierda. Ni hablar si no tiene que extrañar a ninguna de sus tres joyas en cancha, como acaba de hacer con Moralez.
Pensando y mirando detenidamente la tabla será que el empate no tuvo un recibimiento fatalista entre el público velezano… Tres puntos nos separan de la cima y es apenas un partido; y todavía falta mucho, tanto para Estudiantes como para Vélez. Por ahora, el Fortín no depende más de sí mismo (¿será tan grave faltando siete fechas?) y, lo que sí provoca cierto escozor, sigue en deuda en los encuentros de alto vuelo. Mientras, habrá que aprender a convivir con la incertidumbre.

domingo, 17 de octubre de 2010

En carrera

Pasó lo que tenía que pasar. Vélez estaba obligado a ganarle a Quilmes para no desinflarse en la tabla y en los ánimos, y lo hizo. Y, aunque no haya brillado como contra Colón, cosechó un triunfo de oro que le permite seguir en carrera en un momento en donde se apresta a afrontar uno de los partidos más importantes para sus aspiraciones al título.
Un vez más, quedó claro que el potencial ofensivo en sí mismo constituye el punto más fuerte de este equipo, y que si al menos dos de los tres de arriba se inspiran (Moralez, Martínez y Silva, en el Sur le faltó un poco a Maxi), desnivelar resulta cuestión de tiempo. Pero persisten dudas atrás. Preocupan las marcas que se pierden, las dificultades para cortar, las idas con menos vueltas de los laterales… Nada nuevo ni demasiado reiterativo en los desarrollos, aunque suficiente como para quedar muy expuesto ante algún equipo que, a diferencia de Quilmes, no te perdone. Agradezcamos que mejoró la contención en el mediocampo y roguemos que siga en buen nivel ante rivales de mayor fuste, al igual que Barovero.
No podemos pedir más antes de cruzarnos con Estudiantes. Habrá que respirar hondo, relajarse y asistir a una nueva prueba que compruebe para qué está este equipo. Ojalá que contra el Pincha salga lo mejor del grupo, incluido el espíritu para sacar pecho en las difíciles. Ese que todos esperamos ver si queremos ilusionarnos en serio.

Por Marisa Pontieri (TyC Sports).

lunes, 11 de octubre de 2010

Así sí

Un partido atípico como el que Vélez le ganó a Colón bien puede ser el antídoto que el equipo necesitaba para ganar confianza. Si un 6-0 contra un equipo que, a priori, no se veía como débil no alcanza para que este conjunto potencie al máximo la fe en sí mismo, sin importar si juega en casa ajena o si le toca ir abajo en un marcador, será que este no era el año de Vélez. Porque, seamos sinceros, en encuentros como el del domingo queda claro que material hay. Y la incógnita de si alcanzará para crear una mística de candidato que envuelva al equipo terminará de resolverse en lo que vendrá.
Un desarrollo como el que se dio contra el sabalero no requiere un análisis demasiado profundo. Al principio, las cosas transcurrieron dentro de lo esperable: hubo algunos sobresaltos atrás, en donde la impresión de que un rival puede quedar mano a mano sobrevuela como un fantasma, al medio le costó cortar en algún momento, pero fueron creciendo los pensantes y los habilidosos y la balanza se inclinó hacia el lado del Fortín, que se fue al descanso ganando bien. Después, entre la actitud con la que salió Colón en el segundo tiempo y el potencial desatado de Vélez arriba, las cosas se dieron solas. Y fácil, demasiado fácil.
Ya lo vimos todos, pero hay que repetirlo: Burrito, así te queremos ver siempre. Y por supuesto, menciones para Somoza, Zapata y Moralez, los más sobresalientes de un grupo que cumplió son creces. Queda claro: si los de arriba (ni siquiera el equipo completo) se proponen no perdonar ni fastidiarse ante la adversidad, todo puede cambiar. Sería una lástima desaprovechar en este semestre una fórmula como la que integran, única en el fútbol argentino. Ay, si encontraran la regularidad…

La ilusión está ahí, a la vuelta de la esquina, pero todavía hay que ser cautos. Falta superar pruebas y asignaturas pendientes y Estudiantes todavía está algo lejos. En la tabla y en el fixture. Festejemos por lo que pasó sin ansiedad por lo que viene. Y jugadores, créanlo: así sí, ustedes pueden.

Por Marisa Pontieri (TyC Sports).

miércoles, 6 de octubre de 2010

Así no

Es duro escribirlo, pero este Vélez no va a salir campeón del Apertura. Le falta ese plus, ese espíritu que caracteriza a los grandes equipos. Este Vélez te perdona. Y así todo lo bueno que pueda crear, con el consiguiente esfuerzo, resulta inútil. Podríamos hablar horas y escribir largas líneas sobre los niveles de los jugadores y, para nuestro desconcierto, si fuéramos sensatos concluiríamos en que en Rosario ninguno mereció arder en la hoguera de las críticas. Hubo algunos que cometieron un solo error grave y eso bastó para permitirle a Newell´s llevarse el premio. Sería injusto culpar a alguno cuando las cosas no se dan en conjunto.

Silva, por ejemplo, hace partidos que no cumple su función, ¿pero acaso hubiera estado bien poner a otro? El Pelado tiene tantas ganas de meterla que siempre gravita la esperanza de que se amigará con el arco, y Gareca no hace mal en bancarlo, teniendo en cuenta que ha respaldado a más de uno que ni siquiera exteriorizaba una pequeña porción de la voluntad que tiene el uruguayo. Ortiz generaba algunas dudas, y esta vez jugó Tobio. Ya ni le podemos echar la culpa al arquero. Los discutidos Domínguez y Somoza no desentonaron, Moralez y Martínez no se borraron, Cubero fue el de siempre y Papa anduvo algo perdido entre sus tareas de defender y pasar al ataque, pero se lo ha visto mucho peor. ¿Un cinco puntitos de promedio general merecía un 0-2 lapidario? ¿Newell´s fue mucho más? No. ¿Y entonces por qué este equipo no está para campeón? Simple: porque perdió.

Sí, señores, un candidato no deja tantos puntos de visitante y, si pierde un partido como el de Newell´s, no puede haber perdido otro como el de Boca. Recuerden aquel conjunto de 2009, con tantas caras que aún permanecen… ¿cuántos resultados remontó, aún jugando mal? ¿Cuánta confianza ganó con esas corajeadas? Es que jugar mal no es un escollo para los candidatos. A estos partidos, un conjunto protagonista al menos los empata. Y si se juega mal, tiene que aparecer el corazón. En este semestre, siempre que Vélez empezó perdiendo y tuvo la necesidad de salir a buscar, terminó con las manos vacías. Sólo logró empatarle a Banfield por la Copa, pero cuando la obligación era ganar. Si empieza abajo, cae en la desesperación o se resigna. La hazaña no es una opción. Y la razón es que, ante la adversidad, el grupo no cree que sea posible.

La suerte, último eslabón de un camino a la gloria, tampoco acompaña. Los árbitros, malísimos, se equivocan a favor nuestro contra Olimpo en Liniers y en contra frente a Newell´s en Rosario. No a cualquiera le cobran el penal que le cobraron a Vélez. No cualquiera se pierde tantas chances de gol como Vélez. Y lo peor: ahora asoman nuevos lesionados.

Como en el fútbol todo es posible, tal vez esta derrota pueda servir para tocar el orgullo, despertar la mística y hacerlos salir de donde están escondidos. Pero si se pretende pelear, deberá ser pronto. ¿Campeones? Así no. Pero mañana será otro día, y todo, siempre, puede cambiar.

Por Marisa Pontieri (TyC Sports).